Mtra. Marilenca Bailey
“The times are urgent; let us slow down.” Bayo Akomolafe
“Calmness is the cradle of power.” —Josiah Gilbert Hollan
Tara Brach (2014) señala que no hay sanación ni libertad verdaderas, o sea realmente poder sentir el corazón, si no sentimos el cuerpo. El centramiento acompaña en ese intento nuestro de “estar sintiendo el cuerpo”.
Cuando hablamos de psicoterapia humanista corporal, imaginamos movimiento y expresión de lo reprimido. El cultivo de la quietud, sin embargo, es fundamental para que el movimiento mueva consciencia y no sea solo compulsivo, como muchas veces lo es en la vida y en la terapia corporal sobre expresiva. Más que nunca nos podemos beneficiar de la quietud propositiva. Para sanar y crear soluciones necesitamos crear espacio, si no estamos empleando soluciones del pasado y actuamos desde la presión y no desde la necesidad real y actualizada. Al crear espacio estamos permitiéndonos habitarlos, observarlos, desmitificarlos, y simplemente estar y ser. No es solo lo que hacemos lo que determina el resultado sino la intención que está detrás.
Hacer centramiento es llevar la atención al centro: al ombligo y acompasarlo con el movimiento de inhalar y exhalar abriéndolo y cerrándolo. El sistema parasimpático responde, dándonos un mayor nivel de calma y relajación, y al hacerlo en quietud propositiva y con ojos cerrados el enfoque es mayor. Desde ese lugar “recuperado” podemos verificar nuestra intención, es decir eso que está atrás de la actitud, ¿qué es? ¿cómo es realmente? ¿Cuál es mi intención al sentarme a hacer centramiento?
Durante nuestra observación vemos que hemos evitado conversaciones difíciles para mantener la paz en una relación. Sin embargo, la paz no es el objetivo principal de una relación sino el amor, y cuando amamos a alguien tenemos conversaciones difíciles para decir la verdad, reacomodar las ideas y los límites y poder encontrar una paz más profunda y no evitativa. Una percepción amorosa siempre promueve y proporciona una perspectiva informativa.
Cuando estamos haciendo centramiento, estamos utilizando el sistema voluntario prefrontal para respirar propositivamente, de manera que cuando inhalamos se infla el estómago y el ombligo se abre y cuando exhalamos este se cierra y se pega hacia la columna. Sin embargo en ese momento nos distraemos y nos vamos a un comando involuntario y nos acordamos, imaginamos, etc. y está jugando con nosotros la famosa Monkey Mind, entonces algo en nosotros en el cerebro/cuerpo se da cuenta de lo que está pasando y nuevamente regresamos a abrir y cerrar y a respirar propositivamente.
¿Cuál fue la intención al hablar de eso con tal persona? Desde luego que no siempre tenemos respuestas a las preguntas, pero quedan en el tintero en autobservación durante el día… la semana. Cuando nos abrimos a saber cuál es la respuesta, nuestro darnos cuenta se fortalece, ya que confirmamos que la intención se pudo comunicar correctamente, o que esta intención proviene del ser inferior y no es clara: hay ambigüedad, falta de honestidad, hipocresía, agresión pasiva, etc. (Pathwork, 2021) ahorrándonos muchos malentendidos en el camino, y ampliando la consciencia.
Acompañamos este trabajo de quietud con micromovimientos en 5 dimensiones de la cabeza, logrando entrar más al cuerpo, y tomando respaldo de alguna figura o imagen como maestro, naturaleza, dios, etc. Detrás nuestro, está trabajando “nuestra absorción” del respaldo a través de pulmones y riñones, honrando y agradeciendo, formando una consciencia de su presencia.
Esta habilidad/ hábito se entrelaza y apoya con el arraigo y la presenciación: al practicar una se fortalecen las otras dos, aunque hay que practicar cada una de manera individual. Son tres fundamentos en nuestro trabajo. Ante la presencia del paciente si venimos haciendo o en el día hemos hecho centramiento se apoya el autocuidado energético, así como ver al paciente no solo en su discurso y situación actual, sino teniendo una visión más ecológica: “una visión de toda la maqueta”, de todo el contexto.
Al poner más atención a mi respiración y a los micromovimientos, así como al respaldo, pongo menos atención a mis pensamientos y preocupaciones, y voy más profundo en mí. Al estar centrados, nuestras intervenciones están más en contacto con nuestra sabiduría organísmica (Rogers, 1951) y no solo son reacciones. Cultivamos la quietud y el silencio que se profundizan cuanto más se practican, y a su vez, profundizamos las otras dos habilidades de arraigo y presenciación. Son cualidades que cuando se practican, se notan y no se pueden ocultar.
La ausencia de ellas también es evidente. Al hacer centramiento, es decir tener la intención propositiva de ir al centro, nos vamos dando cuenta de que todo aquello que hemos pospuesto tiene dos caras: o es algo que alguien quiere que hagamos y que no queremos hacer pero no nos atrevemos a decir que no con claridad, o es algo que queremos/tenemos que hacer y no lo hacemos porque habla de los conflictos internos que nos resistimos a resolver. Nos damos cuenta de que por ejemplo si hay culpa es por algo que hicimos/no hicimos, que si sentimos vergüenza es por algo que somos/no somos. Muchas veces esto se confunde. Si lo observamos con atención quieta nos damos cuenta de que ese error o situación no nos define y que estamos aprendiendo de ello.
Nos damos cuenta de que con el corazón hambriento hemos comido mentiras, y dejamos de romantizar a las personas que nos hirieron. Nos damos cuenta de que las personas que nos hirieron no son maestros de vida necesariamente: al darles ese lugar, no podemos enojarnos y rebelarnos, sino bajar la cabeza y acatar.
Dejar de idealizar el perdón y la reconciliación prematuras es muy importante para sanar y sentir a fondo. Si el perdón llega después del proceso personal, es bienvenido y nos libera, pero prematuro es una máscara. Nos damos cuenta de cuántas veces nos hemos perdido y reencontrado. Cuando hemos estado deprimidos ha sido por falta de expresión/creatividad, no de alegría.
En quietud y silencio eso nos queda más claro. Centrarnos es dejar que las cosas sean y estén sin empujar ni jalar. “La curiosa paradoja es que cuando me acepto a mí mismo, puedo cambiar” (Rogers, 1951) Quedarnos acompañando lo que sentimos, lo que hay nos permite ver detalles, sentir, recordar, acomodar, soltar… en fin, sanar poco a poco. Es aprender a darnos la compañía sostenida que nos hizo falta en la mayoría de los casos.
“La medida de la inteligencia es nuestra capacidad para cambiar”, Einstein
La autorregulación es la reina de la salud. No podemos esperar que lo haga solo el terapeuta. (Porges, 2018) En centramiento, la practicamos.
Según Chopra () la conciencia organiza su actividad en respuesta a la atención y a la intención. Aquello en lo que ponemos la atención se llena de energía; aquello de lo que apartas tu atención pierde fuerza. Por otro lado, la intención es la clave para la transformación. Puede decirse que la atención activa el campo de energía y que la intención activa el campo de información, lo que da lugar a la transformación.
“El mejor regalo que puedes darle a alguien es tu verdadera presencia”, Thich Nhat Hanh
La separación entre el cuerpo y la mente se da por patología, por aprendizaje, por costumbre, por trauma, por cultura… lo importante es recuperar la consciencia de que dicha separación no existe realmente, y atrevernos percibirnos unidos al “otro” (persona o cosa), por momentos cada vez más largos. La separación individuo/medioambiente se va disipando con la práctica del centramiento.
Las sustancias adictivas como “fast consciousness /fast food”, nos sacan de la realidad y nos meten en una realidad ficticia; ya estamos suficientemente intoxicados por la ignorancia, el enojo, el apego y el sufrimiento: ¿por qué querer tomar más intoxicantes? El centramiento nos centra en la casa, en nuestro zigzag, ante nuestra realidad corporal, económica, relacional, y hace posible que observemos los “demonios” o neurosis de repetición, etc, y que veamos las luces y partes creativas, sin fuegos artificiales, solo con el milagro del trabajo cotidiano. Es “simple” pero requiere volverlo cotidianidad, disciplina suave. Constancia es poder. Es ya no solo buscar afuera.
Las sustancias adictivas nos sacan de la realidad y la meditación nos regresa a la realidad. Ya estamos suficientemente intoxicados por la ignorancia, el enojo, el apego y el sufrimiento ¿por qué querer tomar más intoxicantes?
Invitemos a la simplicidad de solamente respirar, sin el peso de nociones preconcebidas, solamente existiendo en el momento e intentando renunciar por un momento a la mente que lo sabe todo o lo sabe parcialmente, para poder considerar a la experiencia antes del juicio, antes de la formación de la idea, antes del conocimiento. La respiración consciente y propositiva es representada por la esencia del ser en un estado anterior al conocimiento.
Más que incrementar nuestro creer, hay que nutrir nuestro ser, es decir, nuestra propia experiencia que nos lleva a otra dimensión que tiene que ver con preguntarnos y con tener curiosidad. La creencia en cambio nos deja en un estado fijado de la mente que es muy destructivo en la inteligencia humana, y casi toda la religiones se basan en creencias preconcebidas que tenemos que adoptar y creer; en cambio la ciencia se basa en la evidencia de la experiencia y la duda. Por eso la invitación a fijarnos en la experiencia presente antes, tratando de ubicarnos antes del pensamiento y antes de la idea preconcebida, la fe y la creencia para dudar y tener curiosidad. Por eso la entrada a la ampliación de la consciencia es el cuerpo físico: el soma.
En centramiento vamos a ir observando cómo somos nosotros quienes nos cruzamos en nuestro camino la mayor parte de las veces. Vemos la neurosis en un espejo, la negamos, nos asusta y vamos con un terapeuta a darle sentido a lo que vivimos, a que nos vea “con buenos ojos”, a metabolizar.
Al hacer centramiento le vamos a poner atención al espacio entre los objetos más que a los objetos mismos. En este espacio entre objetos que nos da armonía, relación tiempo y espacio podemos hacer una pausa y descansar, es el espacio el que le da sentido a la presencia, es decir, es la ausencia, lo que le da sentido a la presencia. Si solo ponemos atención a los objetos sólidos, empieza a crearse una tensión en nuestra percepción y sistema nervioso.
Si estamos combinando la capacidad de auto observación, acompañada y suspendida a través de un proceso de psicoterapia humanista corporal y además estamos haciendo centramiento como una disciplina personal, podemos contemplar los patrones de nuestra propia vida y crear un compromiso de autocuidado para que nuestra visión naturalmente se pueda expandir no solamente en nuestro asunto individual, sino hacia poder incluir el sufrimiento de otros.
Si bien, la práctica del centramiento tiene que ver con el desarrollo espiritual, es muy importante darnos cuenta de que lo espiritual no está contrastado con lo material ni en oposición, ya que nos puede hacer pensar que necesitaríamos renunciar a lo material para entrar en la búsqueda de lo trascendental o espiritual. Pensar dualistamente en que lo espiritual es bueno y lo material es malo, nos lleva hacia el escapismo o hacia el bypass espiritual, como las tendencias evitativas que tenemos todos de no sentir con profundidad y desarrollar ciertas máscaras.
El principal objetivo del centramiento tiene que ver con la quietud, el silencio, la auto observación; las personas hacen oración, centramiento, meditación, etc. para ser más felices, menos reactivos, menos ansiosos, etc., es decir queremos reducir nuestro sufrimiento y ampliar nuestra consciencia.
Lo que se puede observar con las personas que lo han practicado por tiempo, es que la vida es más simple en su percepción, y sus aspiraciones también lo son, no por ser más conformistas, sino todo lo contrario, se comienza naturalmente a practicar algún nivel de renuncia que va más allá del mundo mental, verbal o material. Podemos con más frecuencia durante el día, emanar la buena voluntad o buen deseo que es meta (amor y compasión). (Kornfield, Salzberg, Dalai Lama, Meade, 2024)
En centramiento observamos lo que sucede adentro y afuera sin que nos arrastre. Se dice que “Find ease or find disease” (encuentra la calma o encuentra la enfermedad). La enfermedad es no saber quedarse quietos o no saber moverse; queremos encontrar un balance adecuado entre quietud/movimiento. Equilibrio actualizado en la pulsación de vida. (Maslow, 1983)
«El silencio no es la simple ausencia de ruido. Hace posible la fortaleza interior donde los grandes escritores, pensadores, eruditos y creyentes se han recogido durante siglos. Requisito indispensable para la contemplación, la fantasía, la plegaria y la creación, el silencio es la íntima fuente de la que mana el lenguaje, e impregna nuestros espacios más privados y sagrados, del dormitorio a la catedral. Pero pese al papel fundamental que desempeña en algunas de las experiencias más profundamente humanas, el silencio ha sido desterrado de nuestras existencias por el bullicio incesante de los espacios urbanos y los aparatos tecnológicos”. (Corbin, 2019)
La Bendición de la Incertidumbre que aprendemos a aceptar poco a poco.
La única certeza en la vida es que la incertidumbre será nuestra constante compañera. Lo único que no cambia es el cambio mismo. Y ni siquiera podemos estar seguros de ello.
La incertidumbre no es negativa ni errónea, es el camino. La mente no puede conocer el futuro, sólo puede adivinar, imaginar, soñar. Todo lo que parece tan sólido se vuelve dudoso, sin previo aviso. ¡Ni siquiera sabemos si vamos a despertar mañana! Nuestros seres queridos morirán. El éxito puede convertirse en fracaso de la noche a la mañana. Repentinamente, nuestras relaciones cambian de forma. Los absolutos se vuelven relativos en un abrir y cerrar de ojos. Las estructuras familiares, las cosas que dábamos por sentadas, los mañanas que imaginamos, los planes y esperanzas a las que nos aferramos son sumamente frágiles, y el trauma se esconde bajo la superficie de las cosas en este universo contingente. La tendencia, especialmente en Occidente, es dar la espalda a esta incertidumbre, distraernos, ser indiferentes y calmarnos a nosotros mismos, etiquetar a la mitad de la vida como ‘negativa’ u ‘obscura’ y huir lo más rápido posible. ¡Trabajar más duro! Drogas, alcohol, internet, sexo, incluso la espiritualidad es utilizada para calmar nuestras ansiosas y divididas mentes.
Pero en el centro de la incertidumbre se encuentra una poderosa enseñanza espiritual: la enseñanza universal de dejar ir, de salir de la ‘historia’ de nuestras vidas y poner atención a este momento sagrado, descubrir aquello que siempre está presente, aquí y ahora, más allá de la certidumbre, más allá de la duda. Para eso está el cuerpo físico, para dar entrada a esa intención de adentrarnos…
“Tu inmutable presencia, la presencia de Dios, el sabor familiar de la vida misma, la íntima certeza que siempre has buscado en el ‘mundo’, está siempre aquí, brillando espléndidamente, mientras todo en tu vida cambia, como debe ser. La calma en medio del caos”, Jeff Foster
Podernos dar el tiempo de observar cuál es nuestra actitud y su contexto, es la clave a la libertad. “Simplemente sentado en quietud puedes cambiarte a ti y al mundo”, Jon Kabat-Zinn
Cuando se trabaja la necesidad de control, la inquietud mental baja y podemos incrementar estar y observar. Cuando practicamos, lo hacemos primero para nosotros, pero en la medida que calmamos el pensar (es decir, observamos y seguimos el pensar sin identificarnos y repelerlo) y lo observamos prendiendo la luz interior con las sensaciones que están esto se irradia hacia afuera del campo y contagia socialmente.
Un hermoso resultado de soltar es tener la experiencia de cada momento como algo suficiente, nos permite estar presentes en esta experiencia aquí y ahora con tal claridad y libertad que este preciso momento es algo profundo. Sin embargo, soltar no es receta, nadie suelta si todavía no ha desarrollado suficiente confianza somática y emocional en algo más: no se trata de caer al vacío con tal de soltar, sino de ir soltando orgánicamente.
Invitemos a la simplicidad de respirar, sin el peso de nociones preconcebidas, solamente existiendo en el momento e intentando renunciar por un momento a la mente que lo sabe todo o lo sabe parcialmente, para poder considerar a la experiencia antes del juicio, antes de la formación de la idea, antes del conocimiento. La respiración es representada por la esencia del ser en un estado anterior al conocimiento (in, out, in, out…)
La experiencia de estar siendo debe de ser sentida, no pensada. Sentida con el cuerpomente. Aceptada con el corazón.
Es importante entender que la quietud y la acción no son principios absolutos, sino relativos. Ante el movimiento es importante buscar descanso y quietud y en la quietud poder estar atentos y observantes.
En centramiento vemos la necesidad de priorizarnos a nosotros mismos y poder establecernos sólidamente adentro de nosotros, antes de estar tratando de cumplir y lograr compulsivamente cuestiones en el mundo externo y en la actividad, lo cual será desastroso si se logra así y si se está haciendo desde un lugar que no es sólido y no tiene sentido, tenemos que establecer quiénes somos con sentido de realidad, con tierra.
Vamos fomentando el no creer, sino el saber y el experimentar diferentes dimensiones, sensaciones, sentimientos, pensamientos, etc.
Es importante entender que la percepción es personal y depende de nuestros sentidos, y la interpretación de los mismos tiene que ver con nuestras creencias. Tenemos que observar nuestra percepción para ampliar nuestra conciencia de visión y pasar de la percepción a la perspectiva que tiene que ver con el arte de observar el mundo: a la interconexión de las cosas.
Primero tenemos una intención que, si aprendemos a sostenerla, se convierte en una acción y al sostener la acción, se convierte en una práctica que nos llevará a ser consistentes y a desarrollar un hábito que se convertirá en lo que somos; el centramiento es compromiso, es forma de vida, es valores. La seguridad y la confianza vienen de sostener la intención y la conducta y no del resultado.
Según Hübl (2020) el nivel de interacción interna (capacidad de autobservación) que tiene un terapeuta, es la clave para poder resonar profundamente y estar presente con los pacientes. El centramiento es una práctica obligatoria para un psicoterapeuta humanista corporal, además de que es una habilidad por enseñarse al paciente.
“Esta es una verdad, todo lo que amas eres”, Rumi
En la sociedad moderna en donde se huye de la incomodidad, es importante poder quedarnos con ella, observándola. Muchas veces estas actitudes casi fóbicas y de huida del desagrado, no nos permiten ver lo que está más profundo, como un miedo, un recuerdo, etc. que se puede mostrar y expresar si nos quedamos en la incomodidad. Lo importante que se observa después de un tiempo de practicar el centramiento es que el sistema nervioso se confronta con la raíz misma de la incomodidad, entonces ya no tenemos la posibilidad de distraernos con otras actividades. De ahí proviene nuestra lucha, a veces para poder quedarnos quietos para disminuir la velocidad y sanar. Lo que resolvemos en la quietud es una habilidad cada vez más valiosa.
“Discomfort is the process of admission for a meaningful life”, Susan David
Las diferentes preguntas existenciales que nos hacemos tienen correspondencias psicológicas, por ejemplo la pregunta de quién soy tiene que ver con autoconocimiento; la pregunta de cómo me veo tiene que ver con el autoconcepto y no con creencias limitantes, y la pregunta de cómo evalúan tiene que ver con la autoevaluación, es decir, la autoexigencia y autocompasión. la pregunta sobre mi respeto y si me hago respetar tiene que ver con la asertividad y el auto respeto: todo esto tiene que ver con la autoestima. Todo está en el cuerpo físico.
“La conciencia duerme en los minerales, sueña en las plantas , se despierta en los animales, y se vuelve auto consciente en los humanos”, Rumi
La consciencia acumulativa y creciente que obtenemos con el centramiento hace que lo necesario no sea lo superfluo: eso vamos logrando, contactar con las simples necesidades básicas.
En la práctica del Yoga consciente, se llama Sati Yoga el aprender a reconocer las diferentes energías del cuerpo: estabilidad, movilidad, fortaleza y descanso para equilibrar la salud física y así poder llevar esas cualidades a cualquier aspecto de nuestra vida, aprendiendo a vivir desde una energía luminosa y presente. Meditar o estar haciendo centramiento es aprender a estar en el cuerpo, mente y corazón en el momento presente, y aprender a soltar los pensamientos y emociones que nos abruman para dar paso a la mente clara y al corazón bondadoso.
Una de las principales enseñanzas del Budismo que se aplica de manera profunda y efectiva tanto en el yoga, como la meditación y en el centramiento es la comprensión las «Cuatro Aplicaciones Correctas de la Atención Plena» o «Cuatro Esfuerzos Correctos».
El esfuerzo para prevenir
El esfuerzo para superar o erradicar
El esfuerzo para desarrollar
El esfuerzo para mantener
Al hacer centramiento vemos cuál nos hace más falta en cierta área, y cuál es más fácil para nosotros ahora.
Podemos darnos cuenta de que no hay emociones negativas, todas son amigas y están para advertirnos de algo, por ejemplo el dolor nos habla de que algo o alguien nos lastimó, de que necesitamos sanarlo y quizá ajustar los límites y actualizarlos. No tienen carácter moral. Todas hablan de necesidades y necesitan escucharse y expresarse, para no quedarnos siendo esclavos de ellas. Las personas que no se pueden comunicar (casi siempre es porque no tienen contacto con sus emociones presentes) creen que todo es pelea, y las personas que no son confiables y que no tiene autoestima piensan que todo es ataque, nos quedamos “fijados” en estados emocionales crónicos inconscientes y a eso a veces le llamamos personalidad.
Sanamos y ampliamos la consciencia sintiendo, quedándonos, aunque sea doloroso o pesado. Sit with it. Sit through it.. quietud y silencio. No más información, sino más procesamiento de lo que ya hay para reacomodar.
“El exceso de información es peor que la falta de esta”, Bauman Sygmud
Como psicoterapeutas sabemos que para vincularse con el otro uno debe primero de vincularse consigo mismo; si no podemos asumir nuestra propia soledad simplemente usaremos al otro como escudo contra el aislamiento, a veces fingiendo vinculación en la máscara. (Yalom, 1984)
Como nos aclara Lowen (depresión del cuerpo), la supresión del sentimiento implica un estado de contracción crónica de los músculos que expresan dicho sentimiento. Esta tensión crónica es inconsciente o sea que el individuo no siente la tensión o el músculo y por lo tanto no tiene control sobre su movimiento. Además, el sentimiento en general no está sujeto a la voluntad. Una persona puede desear salir del encierro desde la voluntad, pero sin sentimiento todo lo que haga será mecánico e inútil; nadie puede influir directamente sobre los procesos corporales inconscientes que han estructurado la personalidad y determinado sus respuestas. Por eso, el “echaleganismo” es tan superficial, porque con la sola voluntad o las ganas, no podemos cambiar ciertas estructuras que están esculpidas desde el pasado en nuestro cuerpo de manera inconsciente.
Si centrándonos podemos “separarnos” de nosotros mismos, del pensamiento que estamos teniendo y nombrarlo, cómo estamos teniendo el pensamiento, este toma su verdadero lugar y su verdadero poder, es decir, es uno de los millones de pensamientos de nuestra vida, sea repetitivo o no. Separar al pensamiento del observador (Pathwork, 2020) nos permite censar y percibir el espacio que hay entre ambos; entre lo que sucede y lo que me pasa con lo que sucede, está el espacio sagrado de la libertad. (Frankl, 2014)
Durante el centramiento nos damos cuenta a veces del rol que hemos jugado en la creación de nuestro sufrimiento, no solo el rol de las circunstancias o de los demás. Si practicamos el centramiento y al mismo tiempo llevamos un proceso de psicoterapia, nuestra responsabilidad se incrementa.
La vergüenza, la humillación y la culpa ocultas no nos llevan a la evolución: por eso sentirlos es tan importante para poder trascenderlos y evolucionar en el amor.
El desapego no se puede confundir con la indiferencia o la falta de compasión: la ecuanimidad que buscamos está en poder aquietarnos y observar respirando lo que nos pasa con menos miedo de que el resultado externo no sea como queremos.
El centramiento tiene que ver con la lentitud, la quietud, el silencio y la plenitud que se obtiene con ello. Estas cualidades se practican y profundizan cada vez más, de manera que el silencio de alguien que practica es mucho más profundo, solido, contundente y arraigado, que de algún practicante que inicia y solo calla, o no emite sonido. Hacer silencio nos lleva a descubrir algunas respuestas de las muchas preguntas de nuestra vida.
Observamos que cuanto más rápido vamos en el mundo más estamos identificados con la energía del miedo, y cuanto más sucede eso más nos perdemos la verdad y la magia acerca de las respuestas que estamos buscando, paradójicamente, en la rapidez, cuanto más pensamos y usamos la mente, menos compasión y paciencia emergen. Esta es la adicción al estrés que proviene de nuestro apego al trauma(s) original, y a la construcción del carácter y eneatipo. Cuando Murakami habla de correr en su libro, (What a Imean by Running) dice que es una metáfora de la vida y nos ayuda a enfrentar los retos adelante y resolver dificultades para gozar el camino. Nos ayuda a abrazar la soledad y a perseverar a través del dolor, encontrando nuestro propio ritmo en el tipo de correr que él propone, que está muy basado en un tipo de mindfulness o centramiento. Subraya la importancia de estar presentes para tener más claridad, satisfacción y conectarnos con la naturaleza.
“Dentro de ti hay una quietud y un santuario al cual puedes acceder, en el cual puedes recluirte en cualquier momento y ser tú mismo”, Herman Hesse
La glorificación de estar siempre ocupados nos está destruyendo como personas y como sociedad; ya no tenemos tiempo para perder ni para sanarnos, para reflexionar o reconectar con el yo auténtico. Estamos quemando los cables y no podemos encontrar el camino de regreso hacia el centro, perdiendo así el contacto con el corazón, siendo de esta manera presas fáciles para el consumismo y la redes social que nos dicen qué somos y a dónde ir, qué consumir, lo que en realidad es como consumirnos a nosotros mismos. Nos estamos alejando del conocimiento intuitivo y somos más fácilmente manipulables; las decisiones que tomamos a veces se van alejando de lo que en realidad necesitamos para nuestro crecimiento y transformación. Es necesario priorizar nuestra vida interior, y observar objetivamente nuestros sentimientos y sensaciones en quietud y en silencio para ver qué es lo que realmente necesitamos y quienes somos. Estamos muy acostumbrados a solamente utilizar los sentidos externos para percibir hacia fuera lo que va pasando en el mundo. Hay que poder desarrollar la propiocepción (ver hacia adentro), para recobrar la libertad.
“Cuanto más lento nos movamos más rápido. Regresamos a casa”, Jeff Brown
El concepto de santosha, muchas veces es traducido como felicidad, pero en realidad quiere decir contento. Es poder cerrar los ojos brevemente y sentir la suavidad de estar contentos al margen de lo que esté pasando allá afuera, sin el regaño de “estoy mal sentada” o “no estoy distraída”.
“Permite que tu mente se hunda cada vez más profundo en la fuente misma, de estar siendo consciente, Rupert spira. Transparente Body, Luminous World
Con centramiento me estoy refiriendo a algo muy similar al término Sati que en pali quiere decir Mindfulness o esta invitación a abrazar integral u holísticamente toda la encarnación de nuestra existencia. Este acto puede significar un profundo sentido de recordar quién soy versus haberlo olvidado por las circunstancias y mis traducciones neuróticas de las mismas en mi historia, no solamente es estar presente en este momento si no tiene que ver con reconfigurar todas las piezas del ego que somos y ponerlas en lugares más actualizados con interpretaciones somáticas y emocionales que nos hacen más sentido ahora. Es una constante reconfiguración de la propia consciencia. Meditar y centrarnos es el acto de mayor intimidad que podemos tener con nosotros mismos.
“Una mente pacífica, es una que está libre de la ilusión de la separación”, Rupert Spira
“Los sentimientos vienen van como nubes en el cielo. La respiración consciente es mi ancla”, Thich Nhat Hanh
En la auto observación del centramiento vamos recuperando la libertad perdida y vamos recuperando el poder. El destino es en realidad, una destinación con intención, @sadhguru
Cada vez más nos vamos dando cuenta de qué las emociones no son separables de los pensamientos, ni de la experiencia somática ni espiritual, ya que el sistema nervioso, el sistema inmunológico hormonal, el intestino el corazón, etc., son todos parte de un solo sistema. Entonces cuando algo sucede en una parte, también sucede en otra. De manera que cuando suprimimos las emociones, también estamos suprimiendo el sistema inmunológico.
Al observarnos, nos damos cuenta de que a veces los comportamientos problemáticos que tenemos nos ponen en roles de los cuales obtenemos identidad. Una vez que tenemos esa identidad, puede ser muy difícil cambiar los comportamientos, si no observamos las creencias y sentimientos que arraigan ese comportamiento.
En centramiento y en meditación tenemos la oportunidad de ir soltando y asintiendo con la realidad, aceptando lo que paradójicamente en su debido momento nos transformará: no se debe de confundir esto con un conformismo superficial de “así son las cosas y Next”. Es poder entrar a la frustración, al placer, al dolor, a la tristeza, y al miedo que todo esto nos da para poderlo atravesarlo y soltarlo. Jamás será un medicamento de curita, sino una sanación profunda que nos permite ya no regresar atrás. Centramiento es compromiso, tiempo, espacio, valor, hábito, disciplina, forma de vida.
En centramiento podemos observar que somos conscientes e inconscientes constantemente. Creamos esta ilusión de separación, de división, de ruptura, de oposición, la cual se va creando desde la máscara y la superioridad. Muchas veces el terrorismo, el racismo, el machismo, el feminismo y cualquier tipo de fundamentalismo, clasicismo, etc., son el fundamento de la guerra a partir de la inconsciencia. Sin embargo podemos observar también que la consciencia une, que naturalmente conectamos y tenemos pertenencia y ésta surge de la empatía y la compasión, de la integración y de la fraternidad, aceptando las diferencias, aunque no siempre es fácil. Podemos observar estas dos partes en nosotros en nuestras relaciones y en nuestra traducción de la realidad.
Si queremos sanar el sistema nervioso, tenemos que quedarnos quietos y observar cómo es que nuestro pensamiento produce nuestras emociones, las amplifica y las acciones se conectan: el proceso de creación. Si no aprendemos y sanamos al sistema nervioso, no podemos sanar las relaciones. Sanarlo es aprender de él: no hay una manera standard de hacerlo. El sistema nervioso es personal, emocional, somático, mental, transgeneracional, etc.
El verdadero GPS es la intuición interior y es esencial. Se conecta mejor en quietud y silencio. Hemos estado esperando y anhelando respuestas en el afuera a todas nuestras preguntas de vida, y en realidad están las respuestas en la quietud, en el silencio de nuestro centramiento.
Cuánto más centramiento vamos haciendo y más auto observación desarrollamos, es más difícil confundir la atención con afecto, el apego con la conexión, la codependencia con apoyo, el desacuerdo como un ataque, la cercanía como intimidad o la empatía como la falta de límites. Podemos con más facilidad distinguir entre la validación externa y el afecto o autoestima a uno mismo. La vinculación traumática o abusiva no es amor.
Lo que constituye la esencia del descubrimiento científico, no es el hecho de ver algo primero, sino de establecer conexiones sólidas entre lo previamente conocido y lo desconocido hasta el momento de este proceso de unión, señalaba Hans Selye (The stress of lífe). El proceso de centramiento es sumatorio de todo lo que hemos sido, mas lo que estamos siendo al observarlo.
Bibliografía
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Corbin, A. (2019) Historia del silencio. Del renacimiento a nuestros días. Editorial Acantilado.
Chödrön, P. (1996) When Things Fall Apart: Heart Advice for Difficult Times
Dalai Lama XIV (1998) The Art of Happiness
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Hübl, T. (2020) Healing collective trauma. Sounds True.
Kornfield, J., Salzberg, S., Dalai Lama, Meade, M. (2024) Make Peace, Not War: Day Two. New Dimensions Foundation.
Maslow, A. (1983) La personalidad creadora. Editorial Kairós.
Nhat Hanh, T. Peace Is Every Step: The Path of Mindfulness in Everyday Life
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Pathwork (2021) Conferencia #4 “El ser superior, el ser inferior y la máscara”. Recuperado en: https://pathworkmexico.com/sermon/conferencia-14-el-ser-superior-el-ser-inferior-y-la-mascara/
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Yalom I. (1984). Psicoterapia existencial. Barcelona: Herder.
Bibliografía complementaria
Fritjof Capra’s Tao of Physics
Larry Dossey’s Space, Time and Medicine.
Amit Goswami, The Self-Aware Universe y Quantum Creativity.
Fred Alan Wolf (1996) The spiritual universe
Jon Kabat-Zinn Wherever You Go, There You Are — 30th Anniversary Edition